Para los no iniciados, permítanme que les presente al tipo de la foto. Se trata de Varg Vikernes, un músico de black-metal que en 1994 fue procesado por asesinato tras ser acusado de la quema sistemática de iglesias en su Noruega natal. Un escándalo que salpicó a los medios, hambrientos de morbo y polémica, y contribuyó a demonizar la siniestra escena nórdica metalera de la época. Tachado de satanista y de nazi, Vikernes cumplió una condena de 16 años, siendo finalmente puesto en libertad condicional en mayo de 2009. Desde entonces vive alejado de los focos, retirado del mundanal ruido en una granja con su mujer e hijos.
Recientemente Vikernes ha vuelto a ser noticia debido a sus incendiarias declaraciones con motivo del anuncio de una productora hollywoodiense de llevar su vida a la gran pantalla. La película, que tiene previsto iniciar su rodaje en septiembre de este año, será dirigida por el cineasta de culto japonés Sion Sono (“Suicide Club”, “Love Exposure”) y protagonizada por Jason Rathbone (uno de los vampiros teenagers de “Crepúsculo”) en el papel de Vikernes. Según los productores de la cinta, el film abordará los hechos relatados en el libro “Lords of Chaos: The Bloody Rise of the Satanic Metal Underground”, escrito por Didrik Søderlind y Michael Moynihan, poniendo especial énfasis en la imaginería visual y el tono de horror psicodélico que rodea la escena black-metal. En un comunicado a través de su página web, Vikernes acusa a sus responsables (no sin razón) de frivolizar el asunto y llama al boicot de un proyecto que se basa en un libro concebido con un solo propósito: avivar un mito alrededor de su nombre con fines meramente lucrativos. En sus propias palabras “los autores han conseguido llenar las cabezas de toda una generación de fanáticos del metal con mentiras. Lo que podría haber sido una revuelta honrosa se ha convertido en algo patético, embarazoso e impotente.”
Antes de sacar de nuevo las antorchas a la calle, conviene recapitular un poco y trazar una breve cronología de los siniestros acontecimientos que se narran tanto en el libro como en la futura película. Más que nada, digo yo, por hacernos una idea sobre el espinoso tema que estamos tratando antes de pronunciarnos al respecto. Todo se remonta a principios de los años noventa, cuando surge la horda de bandas noruegas iniciadoras del movimiento black-metal, bautizado así en honor al emblemático álbum homónimo de los británicos Venom. Lo que en principió se trataba de un movimiento underground va adquiriendo visos cada vez más serios al tomar derroteros extramusicales y derivar en el denominado Inner Circle, una organización anti-cristiana que aglutinaba algunas de las bandas más representativas de la escena, como Burzum, Emperor, Darkthrone o Immortal entre otros. Su verdadero impulsor fue Øystein Aarseth más conocido por su alias artístico, Euronymous, fundador de la primera tienda especializada en sonidos extremos de Noruega (Helvete), máximo responsable del sello Deathlike Silence Records y líder de la míticos Mayhem.
El ideario violento y megalómano auspiciado por Aarseth, basado en un explosivo cóctel de mitología vikinga y presupuestos atávico-nacionalistas, comienza a calar cada vez más entre sus incondicionales. Tras varias profanaciones de cementerios y amenazas de muerte a sacerdotes en un intento por expulsar el cristianismo de Noruega y restaurar el politeísmo pagano, la cruzada “odinista” inició una escalada de barbaridades que culminaría con un suicidio, la quema de varias iglesias y dos asesinatos; el último de ellos el del propio Aarseth a manos de su antiguo camarada Vikernes.
A día de hoy sigue sin esclarecerse el móvil real del asesinato, barajándose varias hipótesis al respecto. Bien sea por rivalidad, puro odio (hay quien aduce a causas de cariz homosexual) o simple defensa propia, el asesinato de Aarseth acaparó la atención de medio mundo, copando los titulares de tabloides y estigmatizando para siempre al movimiento black-metal. Sobre todo ello versa el muy recomendable documental “Until the Light Takes Us” (Aaron Aites & Audrey Ewell, 2009) en el que se profundiza en los aspectos -tanto musicales como ideológicos- que lo envuelven, dándole por primera vez la palabra a Vikernes en una escalofriante entrevista rodada durante su confinamiento presidiario y arrojando un poco de luz sobre el decadente panorama de la escena actual noruega.
Sin entrar en juicios éticos ni morales, uno se pregunta si Vikernes no tendrá parte de razón al sentirse estafado e indignado. Sobre todo teniendo en cuenta que, una vez “pagada su deuda con la sociedad”, lleva años concentrado única y exclusivamente en su faceta artística con Burzum, cuya última entrega “Belus” (Byelobog, 2009) cosechó numerosos elogios por parte de la prensa especializada. Ya le consideremos un criminal o un cabeza de turco del mass-media, convendría que nos replanteásemos su encumbramiento como el Charlie Manson de la generación del heavy-metal. Ahora todavía más que antes, con una película en camino.
(Postdata: La tercera fotografía que acompaña el texto corresponde a la portada de "True Norwegian Black Metal" (Vice Books, 2008), un excelente álbum fotográfico de Peter Beste que incluye textos más que ilustrativos sobre el entorno de la época, además de abundante memorabilia. Indispensable para aquellos interesados en el tema.)
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